lunes, 18 de octubre de 2010

¿Estamos en nuestro sitio y en nuestro tiempo?

…¡Hummmmm! ….me huelo que ni lo sabemos.
Hace un tiempo que vengo siguiendo las noticias sobre los hallazgos en Atapuerca. Incluso me compré el libro de Juan Luis Arsuaga El Enigma de la Esfinge”, que no he encontrado reproducido en internet. Supongo que porque no es fácil de leer,... Es más un libro de consulta para el que le interese mucho mucho el tema.

Recientemente se publicó la noticia de que la famosa pelvis Elvis presentaba deformidades y lesiones degenerativas patológicas, que en su portador, un Homo heidelbergensis de 45 años, casi un anciano para la época, le debió suponer depender de los demás de su tribu para su vida diaria. Y es alucinante como se puede llegar a confirmar la noticia accediendo a la publicación del artículo en “PNAS Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America”.

Elvis: La Pelvis de Atapuerca
Accesible en
http://www.youtube.com/watch?v=jHW2yAGLkMI,con 4900 reproducciones.



Este homo del pleistoceno superior según el esquema evolutivo del propio Arsuaga, no era antepasado directo nuestro si no de los Neardentales.


Antes incluso, se había publicado el estudio sobre las deformidades –craneosinostosis- halladas en el Cráneo 14 encontrado en la Sima de los Huesos de Atapuerca (PNAS 2009 106;(16),6573-6578; doi:10.1073). Se trataba del cráneo de un niño o niña Homo no sapiens del Pleistoceno medio (más antiguo que el homo heidelbergensis anterior), y que por ello debió sufrir alguna afectación cerebral con hándicap de su desarrollo. Y para sobrevivir hasta la edad que lo hizo debió de recibir cuidados de sus congéneres.
Estos hallazgos y estudios han suscitado cierta polémica sobre si ayudaban a sus congéneres los hombres prehistóricos de Atapuerca, como titulaba el País el 11-10-2010. Y me pregunto por qué nos admiramos tanto de que nuestros antepasados fueran solidarios y se comportasen de manera parecida a nosotros hace ya 500.000 años.

Y para ayudar a entender todo ello, me gusta poner las cosas en el contexto temporal adecuado. Ya en el esquema evolutivo anterior se ve que nuestra especie representa muy poquito de la evolución del hombre, pero ¿Qué pasa si la comparamos con la evolución de la Tierra? En la web de “Recerca en Acció” (Investigación en Acción) de Talencia, Institución de fomento de la Investigación en Cataluña, se puede disfrutar de una aplicación interactiva que nos muestra la evolución de la superficie de la tierra desde hace 600 millones de años hacia acá. ¡Y eso que la Tierra tiene unos 4.567 millones de años!


Es muy interesante ver lo diferente que era la Tierra hace 450 millones de años cuando aparecieron los peces, hace 430 millones de años cuando aparecieron las plantas, hace 300 millones cuando aparecen los reptiles, o incluso hace 65 millones de años cuando se extinguieron los dinosaurios, y que vivían desde hacía más de 220 millones de años – más de 150 millones de años de dominio de los dinosaurios-.




Por tanto, ¿Qué representa verdaderamente la contribución de la especie humana en esta Tierra? Cuando sabemos aún poco de nuestra propia evolución y ya hemos empezado a dejar fósiles (“en todos los sentidos”) ¿tenemos futuro como especie?

…Posiblemente nuestro potencial es alto, pero eso no es garantía de éxito. Quizás ya se dió un primer pasó de futuro el día que Neil Armstrong pronunció su famosa frase: “Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad” (orig.: "That's one small step for a man, one giant leap for mankind") el 21 de julio de 1969 a las 2:56:20 horas (Tiempo Coordinado Universal).


Courtesy photo

Pero desde entonces no ha habido más pasos para que la especie humana no se extinga en esta Tierra.


…. ¿es la Tierra nuestro sitio? ¿Vivimos nuestro tiempo?