sábado, 15 de enero de 2011

¿SOMOS LO QUE COMEMOS?

En la página treinta y tres de su libro “Los aborígenes. La alimentación en la evolución humana”, Juan Luís Arsuaga describe el momento en que una joven australopiteca machaca una tibia de antílope entre dos piedras para acceder al tuétano del hueso y saciar su hambre, en un gran período de sequia y hambruna en las sabanas africanas. Ello representaría un salto cualitativo en la dieta de los primeros homínidos, y probablemente un hito en la evolución -la diversificación de la dieta-.
En el sentido opuesto, ha llamado mi atención una reciente noticia en la BBC, que recoge con asombro que los hombres de Neandertal (Homo neanderthalensis) un par de millones de años después, sabían cocinar y comer vegetales y cereales. Además en sitios tan dispares como las actuales Iraq y Bélgica. Ello lo han evidenciado a través de estudios de restos fósiles, llevados a cabo por investigadores de la George Wasington University, dirigidos por Alison Brooks, publicados en la prestigiosa revista PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences).
Aunque pueda parecer trivial, la noticia no deja de ser cuanto menos inquietante. Si sumamos al alto porcentaje de carga genética compartido entre neandertales y homo sapiens, el que tuvieran costumbres, al menos básicas, más similares de lo que pensábamos en un principio, hace mayor el interrogante de ¿Por qué nosotros -los sapiens- hemos quedado como los únicos representantes del género homo actuales? ¿Somos en realidad híbridos de distintas “especies”?












Pero dejando aparte el hecho de que podamos ser algo neandertales, los distintos aspectos de la evolución humana son significativos, y desde aquel primer hito de diversificación de la dieta, la nutrición y el arte culinario son manifestación de que preocupa a todos. Un buen y loable exponente a nivel local es la reciente publicación del libro "La cocina de la salud" (Ed. Planeta), fruto de tres años de trabajo del cardiólogo Valentín Fuster, el afamado cocinero Ferrán Adrià y el periodista Josep Corbella, con información actualizada y referencias a estudios de los últimos dos años, y que también pretende romper con creencias como la de que "antes se comía mejor".
Y otro pequeño exponente lo constituyen la cantidad de blogs que tienen como tema casi único el compartir recetas de cocina. No es de extrañar, pues, que casi sea una norma entre los profesionales masculinos verdaderamente “cool” alardear de saber cocinar.
Así pues, puede ser verdad aquel viejo aforismo “de lo que se come se cría”, pero no en el sentido que le daba su hipotético creador Fernando II de Aragón y V de Castilla (el Católico), aficionado a comer criadillas de toro, si no en el sentido de que si comes saludable tendrás salud.
Pero,…. ¡no sé! ¡Tengo mis dudas! Después de tanta disquisición filosófica en torno a la nutrición el comer y la evolución humana, me pregunto si de verdad hemos evolucionado, porque….
…….para empezar bien el día, hay que comer bien y sano, pero muchos niños cuando se levantan ven su plato…… vacío.
José Corbacho y la Campaña Intervida.