jueves, 26 de abril de 2012

La Biblioteca de Alejandría y el Neo-renacimiento.

Estoy recordando ahora una de las últimas noticias que acontecieron a finales del pasado año.  La Biblioteca de Napoleón resultó calcinada en las protestas que tuvieron lugar en El Cairo, con dos muertos y más de 200 heridos en las manifestaciones. Una de las consecuencias de aquellas protestas fue el incendio en el Instituto de Egipto, una de las joyas de la capital. Casi la totalidad de su valioso contenido fue pasto de las llamas.

El incendio calcinó los 24 volúmenes originales de "La descripción de Egipto", un exhaustivo estudio encargado por Napoleón, a un grupo de científicos durante su campaña por el Nilo, y 200.000 obras más entre los que destacan una importante colección de mapas y manuscritos del país. En las imágenes del suceso se puede ver a un hombre que sostiene lo que parece ser la primera página de La descripción de Egipto.

Y no quiero defender, con esto, la "obra cultural" emprendida por aquel "gran bajito francés" interesado en conocer la cultura del país que primero destruyó con batallas como la de "las Pirámides", el  21 de julio de 1798, después de invadir y conquistar Alejandría.

Pero, esta manía de destruir la cultura no es nueva y es independiente de la revolución "cultural" o "social" del momento. Quizás por la proximidad geográfica de la noticia, y su relación con Napoleón, me retrotrajo a una de las mayores destrucciones de la historia, la destrucción de la Biblioteca de Alejandría. Varias entradas del interesantísimo blog "la nave va", de Florián Yubero, nos ayudan a entender la magnitud de aquella famosa Biblioteca.

"La biblioteca constaba de diez estancias dedicadas a la investigación, cada una de ellas dedicada a una disciplina diferente. Un gran número de poetas y filósofos, que llegaron a ser más de cien en sus mejores años, se ocupaban de su mantenimiento, con una dedicación total. "


En la biblioteca se llegaron a depositar 200.000 volúmenes en la época de Ptolomeo I, 400.000 en la época de Ptolomeo II, 700.000 en el año 48 a. C, con Julio César y 900.000 libros cuando Marco Antonio ofreció 200.000 volúmenes a Cleopatra,  traídos de la Biblioteca de Pérgamo. A finales del siglo XIX se encontraron en el yacimiento de Oxirrinco, al sur de El Cairo, miles de papiros que fueron estudiados a fondo por los eruditos.

Los sabios que estudiaban, criticaban y corregían obras se clasificaron a sí mismos en dos grupos: filólogos y filósofos. La Filosofía abarcaba las ramas del pensamiento y la ciencia: física, ingeniería, biología, medicina, astronomía, geografía, matemáticas, literatura, y lo que nosotros llamamos actualmente filosofía.

"Allí se encontraban personajes tan conocidos como
Arquímedes, el más notable científico y matemático de la antigüedad; Euclides que desarrolló allí su Geometría; Hiparco de Nicea, que explicó a todos la Trigonometría, y defendió la visión geocentrica del Universo; Aristarco, que defendió todo lo contrario, es decir, el sistema heliocéntrico siglos antes de Copérnico; Eratóstenes, que escribió la Geografía y compuso un mapa bastante exacto del mundo conocido; Herófilo de Calcedonia, un fisiólogo que llegó a la conclusión de que la inteligencia no está en el corazón sino en el cerebro; Apolonio de Rodas, autor de El viaje de los argonautas; Herón de Alejandría, un inventor de cajas de engranajes y también de unos aparatos movidos por vapor: es el autor de la obra Autómata, la primera obra conocida sobre robots; el astrónomo y geógrafo Claudio Ptolomeo; Galeno, quien escribió bastantes obras sobre el arte de la curación y sobre anatomía."

Muchas guerras y asaltos se perpetraron en Alejandría durante los siglos II y III, pudiendo afectar a la Biblioteca, pero el 21 de julio del 365 d.C., un devastador terremoto asoló Alejandría causando más de 50.000 muertos y destruyendo probablemente casi en su totalidad la Biblioteca-Museo. Sólo se salvaron unos 40.000 rollos que dieron origen a una segunda Biblioteca, la del Serapeo, cuyo asalto y destrucción por los "cristianos" en el 391 se relacionó con la muerte de  Hipatia de Alejandría, en la reciente película española, de Alejandro Amenábar, Ágora, aunque sin una base histórica real.


Pero sirva para poner en evidencia, nuevamente, como las crisis y revueltas se aprovechan para la mera destrucción; destrucción, por lo general, de lo que ha costado mucho esfuerzo en construir, destrucción, o al menos intento de ello, del conocimiento. ¿Y por qué? Simplemente por miedo, y acomodo al oscurantismo.

Y lo malo es que no es sólo un proceso histórico, como hemos podido comprobar la destrucción es camino fácil en nuestros días, y pese a la tan cacareada "globalización" y las nuevas tecnologías de la información -TICs-  el miedo y el oscurantismo  están más que presentes en nuestros días.


Pero, ¿Ha habido alguna iniciativa para recuperar aquel templo del saber? Podemos leer en Wikipedia que, "en el año 1987 salió a la luz un ambicioso proyecto cultural: construir una nueva biblioteca —la Bibliotheca Alexandrina— en la ciudad de Alejandría para recuperar así un enclave mítico de la Antigüedad, patrimonio de la Humanidad... Para llevar a cabo semejante proyecto se unieron los esfuerzos económicos de diversos países europeos, americanos y árabes, más el gobierno de Egipto y la Unesco." esta moderna biblioteca puede contener más de 20 millones de libros y documentos, que se suman a otros tantos millones de documentos en otras seis grandes bibliotecas existentes a comienzos del siglo XXI:

- Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, Washington D.C., con más de 100 millones de libros, manuscritos u otros objetos.
- Biblioteca Británica, Londres, con su catalogo on line y también más de 100 millones de objetos a disposición de lectores del todo el mundo.
- Biblioteca Nacional de Francia, París, con más de 30 millones de documentos en diferentes sedes y su famosa biblioteca digital Gallica.
- Harvard University Library, Cambridge, Massachusetts, con sus increíbles catálogos on line y motores de búsqueda Hollis, Hollis classic y Primo central.
- Biblioteca Nacional de China, Pekín, con más de 23 millones de volúmenes únicos de la cultura oriental.
- Biblioteca Estatal de Rusia, Moscú, con más de 17 millones de volúmenes y otros tantos de periódicos y otros documentos.
Con todo esto, parecería que hoy en día se dispone de un acceso a la información  muchísimas veces mayor que en épocas anteriores, sobre todo con los accesos a través de la red de redes.

Es ciertamente "entusiasmante" recibir un tweet o una alerta que habla de un documento y buscarlo a través de Google Libros, Google Académico, Pubmed o la Isiweb of knowledge, y tenerlo al instante. Sin entrar en la cantidad de útiles y herramientas para compartir documentos de toda clase como los conocidos Ares, eMule, y 4shared, fáciles de encontrar en la distribuidora Softonic, cuyo fundador fue premiado como joven emprendedor en 2010.

Pero hay algo que me descorazona y es el no encontrar mucha gente que se entusiasme del mismo modo. Y no en mi generación si no también en los más jóvenes que yo.

Y me pregunto ¿Por qué? ¿Es acaso la facilidad de acceso a la información la que nos satura y desmotiva? ó ¿Existe algo oculto interesado en no promocionar el acceso a nuestra actual "biblioteca de Alejandría”?, o incluso, ¿es que de ninguna de las dos cosas somos conscientes?

¿Y qué síntomas me llevan a plantearme las anteriores cuestiones?

Pues,… cosas conocidas por todos como: wikileaks y las causas abiertas contra su lider , el bloqueo de Wikipedia en la Republica Popular China , el cierre del portal de megaupload por el  FBI El 19 de enero de 2012, por las acusaciones de infracción de derecho de autor; y otras menos conocidas como: el Tratado Comercial Anti-Falsificación o ACTA (de las siglas en inglés de Anti-Counterfeiting Trade Agreement), denunciado por la Asociación de Internautas en su carta abierta al Ministro de Cultura y promovido por EEUU para el control de internet en Europa, la autorización del Parlamento Europeo para que se cedan a EE.UU. los datos de los pasajeros entre la UE y Estados Unidos, la usurpación de derechos de autor de obras como “La Revoltosa” por la SGAE, y la sin nombre ley Sinde.

Por todo ello es de esperar que, tras el periodo de oscurantismo encubierto” actual un nuevo periodo de Renacimiento vuelva a surgir pronto. Es más,... Yo creo que, parafraseando a nuestro querido e ínclito escritor Fernando Arrabal

"el neo-renacimiento va a llegaaaaarrrrrr ".