jueves, 7 de diciembre de 2023

Francesco

 Acercándose las entrañables fechas de la Navidad le envuelve a uno la nostalgia y el recuerdo de cuando les contaba a mis hijos de viva voz cuentos que me inventaba, y será por eso que me ha venido a la mente un pequeño medio cuento que no sé dónde oí alguna vez. En tiempos de Sacro Imperio Romano Germánico, allá por el mil ciento y algo después de nuestro señor Jesucristo, los tiempos eran duros en la región de Umbría, por la Italia central. El clima no era muy propicio, con veranos secos e inviernos fríos y áridos. Aunque el valle era muy verde en primavera, los secos veranos hacían que las cosechas fueran escasas. En los pueblos había lo justo para comer, pero un incipiente comercio entre esos pueblos comenzaba a dar esperanza a las gentes de aquellos lugares. La Navidad estaba próxima y una comedida alegría flotaba en el ambiente. Sin embargo, en la montaña las condiciones eran peores, más duras, tanto para las gentes como para los animales. La escasez de comida era más evidente y en los pueblos nadie se preocupaba de eso. En una de las montañas junto a uno de los pueblos más principales de la región, vivía una pareja de lobos jóvenes que no hacía muchos meses había tenido una camada de dos lobeznos. Al contrario de otras zonas, los lobos allí no hibernan, sino que con su más abultado pelaje se enfrentan al crudo invierno. Cómo la comida escaseaba, los papás lobo andaban muy preocupados y cada vez habían de recorrer más terreno para encontrar algo de comer. Al papá lobo hacía tiempo que le llamaba la atención los olores que provenían del pueblo que había más abajo de la montaña. Aquello olía a cantidades de diferentes alimentos y estaba relativamente cerca y asequible. Así que comentó su idea de acercarse a ese pueblo a ver qué podía conseguir con otros animales y los duendes del bosque, y todos le decían que aquello era muy mala idea, que ningún animal que se había atrevido a ir al pueblo de los hombres había vuelto con vida y menos aún un lobo. Cuando los hombres veían un lobo se volvían locos y se juntaban en cientos haciendo un ruido enorme hasta darle caza y matarlo. Sería mejor que desistiera de su idea. Pero el invierno se acercaba duro y sus cachorros estaban creciendo rápido. No dejaba de pensar "tengo que ir, para alimentar a mi familia". Así pues, una tarde ya de anochecida, se dirigió decidido, tranquilo, pero sin pausa hacia el pueblo de los hombres. A medida que se acercaba, los olores, las luces y los ruidos eran cada vez más fuertes. Sobre todo, los olores. Se mezclaban olores de gallinas, conejos, corderos, vacas y ese desagradable olor rancio de humanos. Era todo embriagador, pero solo pensaba mientras se acercaba en que allí había comida. Pese al ruido y algarabía de los hombres, mujeres y niños del pueblo no muy lejanos, y que el lobo no había conocido antes, se acercó sigilosamente por la trasera de un establo de las afueras del pueblo, como una sombra sin que nada ni nadie se percatara de su presencia. Con el olfato identificó en el establo dos o tres corderillos, un asno y una vaca. Cuando acechaba a uno de los corderos que casi tenía al alcance, casi por instinto el asno y la vaca, que no era tal sino un buey, notaron algo extraño e invadidos por el miedo empezaron a patear, mugir y rebuznar. Al instante apareció la luz de varias antorchas y un grupo de niños y jóvenes. El silencio lo inundó todo, la escena al completo se quedó congelada y todos entrecruzaban miradas sin mover un músculo. De pronto uno de los niños recién llegados, con el miedo en el cuerpo gritó: - " ¡Un lobo! " Pero cuando aún no había acabado de gritar otro de los jóvenes del grupo, se adelantó un paso y gritó más fuerte: - " ¡Silencio! " De nuevo la escena se congeló, y animales y hombres sorprendidos no osaban moverse. Sólo el joven que cayó a todos comenzó lentamente a agacharse para ponerse a la altura del lobo y mientras se metía una mano en el bolsillo, comenzó a decir: - “¿Qué haces aquí hermano lobo? Tienes hambre y están las cosas difíciles por la montaña ¿Verdad?”. Nadie de los presentes entendía nada, salvo el lobo que para su sorpresa entendía perfectamente lo que le estaba diciendo aquel humano como si fuera otro lobo el que le estuviera hablando. El joven sacó un trozo grande de queso de su bolsillo y se lo acercó al lobo diciendo: - "Toma este pedazo de queso para saciar tu hambre y no temas que nadie te va a hacer nada" El lobo hizo caso y se acercó a su vez sumiso mirando al joven perplejo pero tranquilo. Tomó el queso y lo comió de su mano poco a poco mientras seguía escuchando lo que el joven con voz suave le seguía diciendo. Nada ni nadie interrumpió aquel diálogo, mientras el joven le decía al lobo que, aunque lo entendía no debía haberse acercado al pueblo, que debía ser un responsable padre de familia y cuidar de sus dos hijos allá en la montaña, y que por muy mal dadas que vinieran las cosas que no se preocupara porque Dios siempre cuida de todas sus criaturas, y a la vuelta a su madriguera encontraría comida suficiente, y que llegaría a ser un lobo viejo que habría cuidado de muchas camadas en su vida. Después de la breve plática, el joven despidió al lobo, que había dado cuenta del queso, diciendo: - " Bueno hermano lobo, puedes marchar tranquilo y volveremos a vernos en la montaña. ¡Ah! y recuerda que Dios cuida de todas sus criaturas, ve con Él ". Y el lobo se retiró despacio, no sin volverse un par de veces a mirar al joven como despidiéndose de él. Hay que decir que, efectivamente, todo lo que el joven le dijo al lobo se cumplió. Mientras volvía a su madriguera encontró con facilidad varios conejos muertos o enfermos. Una epidemia de mixomatosis estaba afectando a la sobrepoblación de conejos en la zona y aseguró el alimento de lobos y otros animales aquel año. Y nuestro lobo en verdad fue el más longevo que se conoció en la zona y se volvió a encontrar más veces con el joven. También hay que decir que el dicho joven era Giovanni, hijo de Pietro Bernardone, un comerciante de telas del pueblo bien respetado. Giovanni era conocido y respetado por su bondad y afición a las cosas de la iglesia. De hecho, cuando aconteció el encuentro con el lobo, Giovanni estaba organizando uno de los primeros Pesebres vivientes que se representarían en las fiestas de Navidad en el pueblo. Por ser de la familia que era, acostumbraba a acompañar a su padre en sus viajes a Francia para tratar con las telas, y luego el volvía hablando maravillas de Francia y sus aventuras. Por eso en el pueblo más que por su nombre le conocían por "el Francesito" o mejor en italiano "il Francesco".

Con el devenir del tiempo y ya de joven adulto, Francesco participó en las primeras cruzadas y en las guerras de aquellos tiempos convulsos entre Güelfos y Gibelinos, hasta que bien pronto se percató de las injusticias y miserias de la guerra y abandonándolo todo, incluso las riquezas de su familia, se volvió a su pueblo y se convirtió en monje mendicante, que vivía de la caridad y de lo que trabajaba para quien se lo pidiera. Siempre fue muy respetado y nunca estaba sólo, porque gentes de muchos lugares se le unieron para vivir como él y aprender de lo que enseñaba, y ello se propagó por todo el mundo. Pero, aunque viajo mucho, siempre volvía a su pueblo y era frecuente verle paseando por caminos y montes hablando con los pájaros y acompañado por un lobo. ¡Ah! Se me olvidaba decir que el pueblo de Francesco se llamaba, y se llama, Asís, y que a él después de su muerte se le conoce como San Francisco de Asís, y así, con este lance del hermano lobo que he relatado, fue como me contaron que se dio cuenta de que podía hablar con todas las criaturas de Dios.

sábado, 26 de septiembre de 2015

El caballito del diablo y la termita

Gracias al reciente y pasado relajamiento estival, he podido aprovechar el tiempo de asueto para dedicarme a pensamientos diferentes de los habituales, fruto de lo cual ha surgido el pequeño cuento que aquí dejo:

"El estanque estaba en calma. En aquella apacible tarde de verano, todo invitaba a pasear y descubrir el pequeño mundo que se escondía en su interior y en sus alrededores.
Pablo y Sergio disfrutaban del paseo juntos, y bien aprovisionados de curiosidad y unas gafas de buceo, se disponían a realizar los mayores descubrimientos de aquel mundo acuático. 
Ni por asomo se les hubiera ocurrido relacionar aquello con las clases de ciencias naturales, donde tanto les recomendaban realizar aquellas excursiones libro en mano. Se anteponía la aventura y lo del conocimiento viene después.
Se descalzaron y remangaron los pantalones, dando unos pasos dentro del agua. Pablo se ajustó las gafas y metió algo la cabeza en el agua. Rápidamente, el mundo cambió y ante su vista, unos seres cabezones con ojos saltones y una larga cola se alejaron coleando en cuanto notaron su presencia. Eran renacuajos y Pablo los conocía bien.
El susto fue mayor cuando un pez largo como una pequeña serpiente se cruzó rápido abandonando su campo de visión.
Cuando la escena quedó en calma, Pablo se fijó en el fondo, para descubrir todo un bosque de extrañas plantas, unas más altas y otras más cortas, meciéndose con un suave vaivén, como si una brisa constante soplara en aquel mundo extraño.
De pronto, a su derecha, descubrió sobre unas rocas una especie de ciudad ¡Increíble! Sobre las rocas, muchos tubos como chimeneas se alzaban a diferentes alturas de colores grises amarillos y marrones, cubiertos en su base como por musgo. Aquello le parecía como muchas fábricas juntas.
Cuando más absorto estaba contemplando la imagen y pensando que podía ser, aparecieron de pronto de los extremos de las chimeneas, filamentos, tentáculos y plumas moviéndose en todas direcciones.
¡Qué susto!
Sacó Pablo rápidamente la cabeza del estanque, con un grito, asustando a Sergio, que esperaba de pie, metido en la charca con los ojos como platos.
-¿Qué pasa?, preguntó Sergio, asustado tras el grito de su amigo algo mayor que él.
- ¡Hay una ciudad entera ahí abajo! ¡Y unos seres extraños me querían coger con sus brazos y tentáculos!
- ¡Anda! No seas mentiroso. No te creo.
- Que sí. Menos mal que son muy pequeños, que si no, teníamos que salir por “patas”. Toma, ¡mira tú con las gafas!
Tras ajustarse las gafas, Sergio se introdujo poco a poco en aquel mundo, maravillándose al descubrir lo que su amigo había descrito. 
Pero no era nada extraño ni horripilante. Sergio sabía muy bien que eran simplemente insectos y otros bichos que le habían explicado en clase. Aunque era menor que Pablo, siempre había sido más aplicado en clase.
Fascinado por todo lo que veía, decidió explorar si encontraba algo más. Le pareció ver al fondo unos renacuajos huyendo, pero nada más interesante que los rayos de sol que se colaban en el agua multiplicando los colores del fondo.
Al ir a sacar las gafas del agua, llamó su atención algo que colgaba de la superficie: Un puñado de pequeños gusanos transparentes se agitaban como queriendo perforar la superficie. Con los reflejos de los rayos de sol que se colaban parecían gusanillos de colores bailando.
De pronto, algo alteró aquel baile y entrando en el agua agarró uno de aquellos gusanos sacándolo de allí. Apenas le dio tiempo a Sergio de sacar la cabeza del agua y ver como un insecto como un palo y con unas alas de colores, se llevaba en la boca aquel gusano. Las alas eran irisadas con colores verdes y azulados, transparentes y majestuosas, enormes como el cuerpo del insecto palo, que era todo negro. Sergio recordó, aquello era un caballito del diablo, ¡una libélula!
La conmoción en el grupo de gusanos era terrible, los pequeños bebés de mosquitos, que es lo que eran aquellos gusanillos o larvas, nadaban o bailaban intentando dispersarse en todas direcciones. Las larvas de mosquito sabían bien de los peligros que venían tanto de fuera como de dentro del agua. Lo sabían por instinto, por qué nunca habían conocido a sus padres, pero hasta entonces el estanque había sido su refugio. Lo que no sabían, como la mayoría de habitantes del estanque, es que éste estaba formado tras el recodo de un pequeño arroyo que allí se remansaba.
El arroyo solía siempre tener el mismo caudal de agua salvo en la primavera cuando se producía el deshielo de la nieve acumulada en la montaña de más arriba. Por eso de vez en cuando se veían pasar algunos de los habitantes del arroyo por el estanque, pececillos, ranas, libélulas y pajarillos.
Tras la zona que conectaba con el estanque, en los márgenes del arroyo, se encontraba otra parte de aquel mundo submarino. Muchas plantas crecían en el fondo del arroyo y sobresalían por la superficie. Justo en aquella época del año, otras larvas comenzaban a emerger del agua, subiendo por los tallos. Era ala época de pasar de jóvenes a adultos.
Una decena de estas larvas habían alcanzado la parte alta de las plantas y pegadas a ellas se estaban transformando en crisálidas hasta comenzar a abrirse por su espalda y salir unos cuerpos alargados y a desplegarse unas alas transparentes de colores.
¡Si! Eran caballitos del diablo que habían llegado a su etapa adulta.
¡Pero...! Algo pasaba con la última de las larvas. parecía algo mas pequeña que las demás y tardaba mucho en abrirse.
A medida que las larvas se abrían y desplegaban sus alas del todo, los nuevos caballitos del diablo se saludaban y salían volando solos o en grupo inspeccionando los alrededores. De pronto habían pasado de vivir en un mundo de agua a vivir en un mundo de aire, y aquello era fantástico e intrigante. Nadie en el reino animal sufre un cambio tan impresionante en su vida.


Ya habían salido todos los caballitos del diablo menos el más pequeño de ellos, y aún revoloteando por la entrada del estanque, se preguntaban entre ellos:
- ¿Qué le pasa a ese pequeño? ¿Se ha dormido, o qué?
- ¡Vaya un perezoso! A este paso va a llegar tarde a todos los sitios. Comentaron algunos de sus congéneres.
Por fin, el pequeño caballito del diablo comenzó a salir y desplegar sus alas. Normalmente todos los caballitos del diablo son de un tamaño parecido y sus alas transparentes aunque pueden variar en las tonalidades de color son simétricamente idénticas. Sn embargo, el pequeño caballito del diablo, al que después llamaron Hélix, era algo más corto en su abdomen y tenía unas alas de tonalidad más verde y otras más azul. Cuando desplegó de todo sus alas con esos raros colores, les extrañó mucho a sus compañeros, pero cuando comenzó su primer vuelo, la luz que atravesaba sus alas se transformaba,, se refractaba, y producía unos extraños y llamativos brillos que chocó mucho a los otros caballitos del diablo, despertando algo de envidia. Aquello eran sin duda razones suficientes para ver con claridad que había nacido un futuro "marginado" en el grupo de los caballitos del diablo.
Los caballitos del diablo, volando en parejas o pequeños grupos sobre la superficie del agua eran el terror del resto de los habitantes del estanque. Ya sea por su nombre o por su aspecto, los caballitos del diablo siempre han tenido mala fama, aunque sea injustificada. Hasta Pablo y Sergio sabían eso. Por eso, al contrario de otros de otros niños, a ellos les gustaba contemplar las peripecias de todos aquellos insectos y seres del estanque.
Al contrario que a sus congéneres, a Hélix siempre se le veía volar solo y con vuelos cortos, por eso era conocido en todo el estanque y en cierta manera infundía menos temor. El hecho de ir siempre sólo y su propia naturaleza hacían de Hélix un aventurero curioso y temerario que se metía por donde otros caballitos del diablo no se atrevían. Su menor tamaño le permitía meterse por las partes mas frondosas del los márgenes del arroyuelo y incluso más allá. 
En una de sus incursiones más allá de los límites del estanque, se encontró Hélix un con todo un espectáculo. Un gran pedazo de tronco viejo de un árbol, que se veía llevaba tiempo caído, se había partido a todo lo lago, y dejaba ver en su interior toda una serie de surcos y canales, entre la madera podrida, con muchos pequeños animalitos, unos pequeños insectos como feas hormigas blancuzcas y alargadas. Eran termitas.
Las termitas son tan voraces que pueden acabar con un tronco en pocas semanas, pero aquel tronco, por mala suerte, se había partido antes de tiempo, y justo por la mitad, dejando a la colonia de termitas expuesta y sin defensa. Por eso todos los bichillos se movían y agitaban despavoridos buscando un sitio donde refugiarse.
A Hélix, aquello le parecía incluso divertido. La agitación y barullo enormes eran todo un espectáculo. Aunque él se alimentaba de larvas y otros pequeños insectos, aquellas termitas feas y repulsivas no eran nada apetecibles, y veía aquello como un entretenimiento.


De pronto, se percató de que una pequeña termita había quedado atrapada en un hueco con una pequeña astilla, y pedía angustiada socorro. Mientras el resto de termitas huían despavoridas, Hélix se acercó con cuidado, posándose en el borde y le preguntó:
- ¿Qué te pasa? ¿No puedes zafarte de ahí?
La pobre termita, más pequeña y más blanquecina que las demás, no podía salir de su asombro al ver a aquel monstruo hablándole, y apenas pudo atreverse a contestar:
- ¿No me vas a comer, verdad?
- ¡No! - contestó Hélix - si quieres puedo ayudarte. Voy a intentar levantar esa astilla.
Al levantarla un poco, rápidamente la pequeña termita quedó liberada y  se alejó un poco. Pero en vez de huir, se giró y preguntó al pequeño caballito del diablo:
- ¿Porqué me has ayudado?
- Simplemente me pareció que lo necesitabas.
- Pues, ¡Gracias! La verdad que con todo este desastre todas mis hermanas y yo necesitamos mucha ayuda. Como habrás podido ver, nos hemos quedado sin casa ¡Bueno, en realidad casi nos la hemos comido!
- ¿Os habéis comido vuestra casa? ¡Qué animalitos más raros sois!
- Sí, nosotras somos así. Cuando vamos viendo que la comida se acaba, vamos buscando otra casa, otro tronco, por los alrededores. Pero esta vez, el tronco se ha partido antes de lo previsto y sin casa donde trasladarnos, nos comerán a todas.
- ¡Pues vaya faena! Yo apenas acabo de empezar a conocer el lugar, pero en uno de mis vuelos, he visto un gran tronco seco, aún con las raíces en tierra más arriba, remontando el arroyo.
- ¡Seguro que sería un lugar perfecto para nosotras! - afirmó la pequeña termita. - ¿Pero cómo podría yo llagar tan lejos?
- ¡Si quieres, yo te llevo! - se ofreció Hélix.
Entre absorta, contenta y temerosa, la pequeña termita aceptó, y Hélix la tomó entre sus patas, manteniéndola lo más lejos de su boca para evitar aumentar el temor que ya tenía. A los pocos minutos estaban ambos sobre el viejo tronco seco, que se asomaba sobre el margen del arroyo.
- ¡Es excelente! - exclamó la pequeña termita - podré enseñar el camino a mis hermanas adultas, pero es un gran distancia para las pequeñas.
Casi sin pensarlo, se ofreció Hélix a transportar a todas las pequeñas que hiciera falta si su hermana las convencía de que nos sufrirían ningún daño. Y dicho y hecho, al poco rato estaban se vuelta en el viejo tronco partido, comenzando inmediatamente la larga caminata para las adultas y el transporte aéreo para las pequeñas termitas.
Le llevó a Hélix todo el día transportar a Poro, que es como se llamaba su nueva amiga, y sus hermanitas termitas, pero cuando acabaron, la colonia de termitas era una fiesta y todas estaban agradecidas a Poro y sobre todo a Hélix. A partir de entonces se fraguó una bonita amistad entre ambos, siendo raro el día en que Hélix no se acercara revoloteando a visitar a Poro.
No fueron pocas las correrías y aventuras que pasaron juntos los dos extraños amigos durante todo el verano, pero cuando ya entraba el otoño, la actividad normal de las termitas, nuevamente debilitó la base del viejo tronco, y el árbol seco entero se tambaleó y se quebró, cayendo sobre el arroyo. Esta vez no hubo desastre, las termitas lo tenían previsto y habían hecho los cambios necesarios para no sufrir ningún perjuicio. El resto del árbol caído era grande y serviría muy bien para continuar viviendo allí hasta completar todo el invierno y aún más.
Lo que no tenían previsto, y sucedió, es que el tronco caído junto con los sedimentos que arrastraba el poco agua que llevaba el arroyo acabaron por taponar el curso habitual del agua. El arroyo se secó en su antiguo curso más abajo del tronco caído, y el estanque quedó también desecado. El agua del arroyo se desvió desde entonces por otro cauce, que iba a dar a otra vertiente diferente de la montaña. El agua de aquel arroyo ya no iría a parar más al pequeño valle donde se encontraba el pueblo de Pablo y Sergio, si no al valle contiguo. 
El deshielo de las grandes nevadas que hubo aquel invierno en lo alto de las montañas y las fuertes lluvias por toda la zona, hicieron que a la primavera siguiente el arroyo, en su nuevo cauce, llevara gran cantidad de agua, convirtiéndose en un pequeño río, que contribuyó mucho a las grandes riadas que hubo en el valle de al lado a donde vivían Pablo y Sergio, pero no ya en el valle donde ellos vivían. Los destrozos por las riadas en el valle de al lado fueron enormes, y los adultos vecinos de Sergio y Pablo comentaban la suerte que habían tenido en su valle al no padecer las riadas, sin saber por qué las había habido en el valle de al lado y en el suyo no.
Al comenzar de nuevo el verano, Pablo y Sergio subieron como el año anterior a donde ellos pensaban que estaría su estanque favorito. Ambos quedaron desconcertados al contemplar lo muy cambiado que estaba todo aquello. Sabían muy bien donde debía estar su estanque, pero allí no había más que una pequeña hondonada en el bosque, recubierta de plantas y hojarasca como todo el resto. Intrigados, ambos niños se pusieron a caminar hacia arriba de lo que se suponía era el antiguo lecho del arroyo, hasta que dieron pronto con el gran tronco que había desviado el curso del agua. 
Quedaron maravillados por todos los cambios y el agua cantarina que corría por el nuevo arroyo. Animados por el nuevo descubrimiento, se dispusieron a continuar y disfrutar con sus pesquisas e investigaciones, siendo por primera vez conscientes de que nada es inmutable, y la naturaleza se adapta a todas las circunstancias perfectamente.
 ¡Aquel sería otro magnífico verano!

De lo que no fueron conscientes nunca los niños es de como una pequeña acción de amistad en la vida de dos pequeños insectos, que muchos humanos detestan como "malos bichos", había provocado todos aquellos cambios, e incluso había protegido al pueblo de los dos niños de una desgracia.
Como Pablo y Sergio, todos desconocemos muchos pequeños detalles que influencian en nuestra vida y nuestros prejuicios nos hacen ver como malas a algunas cosas o personas que hacen algo en nuestro favor. Pablo y Sergio no tenían estos prejuicios y esperemos que nunca los tengan."
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El caballito del diablo y la termita by Jesús Almeda Ortega is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://unsencilloespectador.blogspot.com.es/2015/09/el-caballito-del-diablo-y-la-termita.html.

lunes, 7 de julio de 2014

Los Denisovanos ¿quién somos? ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos?

Hace ya dos veranos, dediqué todo mi tiempo de lectura a devorar los seis libros de Jean Marie Auel, que constituyen la serie de "Los Hijos de la Tierra".


Fruto de su propia investigación, la escritora americana desarrolla y describe con detalle las posibles relaciones entre los hombres de Cromañón y los hombres de Neardental.

Independientemente del estilo narrativo novelado del conjunto de estos libros, construidos como auténticos "best sellers", podría pensarse que son un gran ejercicio imaginativo. Pero, como explica la autora, están basados en pruebas documentales que ya existían sobre la más que posible relación parental entre individuos de la especie homo neardenthalensis y los de la homo sapiens, cuando inició la escritura de sus libros en 1977. Hay pruebas de que neandertales y sapiens convivieron en Eurasia durante al menos 30.000 años. 

Según Tomás Marqués, genetista del Instituto de Biologia Evolutiva de la Universidad Pompeu Fabra (CSIC), los europeos compartimos un  2,5 % de nuestro genoma con los Neardentales.

Este mismo investigador fue el único español  participante en los trabajos del equipo liderado por Svante Pääbo, del Instituto Max Planch de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania), que secuenciaron el ADN mitocondrial de un fragmento de hueso proveniente del dedo de una niña encontrado en la Cueva de Denisova de los montes Altái, en Siberia.
Vista dorsal del hueso cuyo ADN se ha secuenciado, una falange del pie de una niña hallada en la cueva de Denisova (BENCE VIOLA, ABC 18-12-2013)

Estos estudios han llevado a la identificación de otra nueva posible especie del género Homo, no conocida hasta el 2010, en que se publicaron los trabajos, el Hombre de Denisova, especie que vivió entre hace un millón y 40.000 años atrás, y que compartió hábitat con Neardentales y Sapiens en amplias zonas de Eurasia (de Siberia a Nueva Guinea), y proveniente, muy probablemente, de una migración desde África diferente de las de neardentales y sapiens.
Una mujer Neardental (Archivo ABC 18-12-2013)

Estos hombres de Denisova o denisovanos parecen ser más parecidos a los neardentales que a nosotros los sapiens, compartiendo un ancestro común, que posiblemente se separó mucho antes (800.000 años) de la del homo sapiens.

Recientemente se ha publicado (enero 2014) la secuenciación del genoma completo del neandertal por el grupo de Svante Pääbo, y se ha apreciado un pequeño flujo de genes entre las especies neandertal y denisovana, de alrededor de un 5 %.

En wikipedia podemos leer, que en diciembre de 2013, el equipo de Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro, y Eudald Carbonell en colaboración con el mismo Svante Pääbo, han publicado en la revista 'Nature' que la secuenciación de ADN mitocondrial de un fémur procedente del yacimiento de la Sima de Los Huesos, en Atapuerca, de hace 400 000 años, ha mostrado mayor relación con el ADN denisovano que con el neandertal, lo que abre paso a la hipótesis de una compleja relación entre las distintas especies de Homo en Eurasia.
Figure 1: Localización del lugar de la Sima de los Huesos en ek Pleistoceno Medio (amarillo) además de los lugares en que se han encontrado ADN Neardental (rojo) y ADN Denisovano (azul). Meyer M, et al. A mitocondrial genome of a hominin from Sima de los Huesos. Nature 505, 403-403 (16 enero 2014) doi:10.1038/nature12788

Pero el flujo genético no sólo se ha dado entre neardentales y denisovanos, recientemente un equipo liderado por investigadores del Instituto de Genómica de Pekín (BGI) y la Universidad de California ha explicado que la adaptación a la altura de los habitantes del Tíbet se debe al cruce con los homínidos de Denisova, ya extintos. "El ADN del tipo denisovano que hemos encontrado en el genoma de los tibetanos implica que la adaptación a los ambientes locales podría facilitarse con el flujo de genes de otros homínidos que se han adaptado previamente a este tipo de entornos. Este hallazgo único puede ayudarnos a reexaminar casos similares de evolución rápida en el futuro”, ha declarado  Xin Jin, investigador del BGI y coautor del trabajo publicado una vez más en “Nature” esta misma semana.
Mujer tibetana / FOTO: Prasad Kholkute - SINC (CRÓNICA GLOBAL 7-7-2014)

Así pues, las típicas y tópicas preguntas de quién somos, de dónde venimos y a dónde vamos, lejos de tener rápidas y sencillas respuestas, son cada vez más complicadas, pero a la vez más interesantes de responder, ya que como mínimo, los recientes descubrimientos ponen en solfa muchas cosas que se daban por sentadas, y nos mueven a continuar dudando de nosotros mismos.


Al menos personalmente, se me hace cada vez más apasionante seguir el devenir de los actuales y futuros estudios, que tantos otros están realizando por ahí. Y como mínimo espero poder seguirlos a nivel local, no por ello menos importante, desde instituciones como el Instituto Catalán de Paleontologia Miquel Crusafont, la Fundación Atapuerca, el Museo de la Evolución Humana de Burgos, o el propio Museo Nacional de Ciencias Naturales, de tan grato recuerdo para mí desde que lo visité con el colegio cuando era pequeño.




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Los Denisovanos ¿quién somos? ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos? by Jesús Almeda is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
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lunes, 21 de abril de 2014

El agua, el grafeno y la química orgánica alternativa


Hace tiempo ya, que me impactaron los comentarios de un querido profesor, aún en activo, mientras en clase estudiábamos uno de los elementos químicos más misteriosos y vitales, el agua.

Evidentemente toda la clase versó sobre las excelencias de las propiedades de ésta, pero un detalle me llamó poderosamente la atención y aún continúa maravillándome. 

 Surgido de la unión del elemento más común en la naturaleza y el universo, el hidrógeno, con el más tóxico y agresivo de los elementos químicos, por su avidez en unirse a otros elementos, el oxígeno, produce las moléculas con más potencial químico de la naturaleza.

Por lo visto, las increíbles propiedades del agua se basan fundamentalmente en la disposición física y arquitectónica de los enlaces entre oxigeno e hidrogeno. Los enlaces covalentes entre los elementos que la componen le confieren unas características especiales, que hacen de esta sustancia de las más adaptables en la naturaleza. 

La bipolaridad de sus moléculas y los enlaces de hidrogeno son los que le confieren otra parte de sus cualidades, pero como ya advierte John Emsley, divulgador científico, el agua es una de las sustancias químicas más investigadas, pero sigue siendo la menos entendida

Evidentemente, mi atracción por esta sustancia puede estar sesgada por el hecho de que yo mismo este compuesto en parte, -entre un 65 y un 75 %-, por ella. No es de extrañar, pues, que el hidrógeno (10%) y el oxigeno (65%) sean los elementos químicos que se encuentran en mayor proporción en nuestro cuerpo. ¿Cuál es el tercero? ¡El carbono, por supuesto! con un 19,37 %. 

El carbono, que junto a los anteriores y el nitrógeno forma la base de la química orgánica, es otro de los elementos asombrosos de la naturaleza. También, aunque mucho se ha estudiado, el carbono, de número atómico seis y valencia cuatro según la tabla periódica, sigue deparando sorpresas. 

El carbono puede adoptar múltiples formas de presentación según las condiciones a que se someta en la naturaleza o artificialmente, dentro o fuera de nuestro planeta, es lo que se han denominado formas o estados alotrópicos del carbono.
Estas formas van desde uno de los minerales más blandos y base de los carbones, el grafito, hasta uno de los minerales cristalizados más duros, el diamante

En octubre de este año se cumplirán diez desde que Andre Geim y Konstantin Novoselov subiesen al repositorio arXiv un artículo que les valdría el premio Nobel en 2010. Se trataba de la primera vez que se obtenía un material de dos dimensiones (2D) con unas propiedades electrónicas muy particulares, el grafeno

Se trata de una sola capa de grafito, que alguna vez se creyó ser imposible y tiene propiedades eléctricas, térmicas y físicas extraordinarias. Puede ser producido por epitaxia (deposición química de vapor) en una superficie aislante, o por exfoliación mecánica (pelado repetido). Sus aplicaciones pueden incluir reemplazar al silicio en dispositivos electrónicos de alto rendimiento. 

El interés despertado y el uso de moda de este grafeno se pone de manifiesto en muchas de las noticias aparecidas últimamente: Investigadores de materiales de la Universidad de Vanderbilt (Tennesse, EEUU) han logrado crear un supercondensador hecho de silicio cubierto de una doble capa de grafeno que permitiría a un móvil durar semanas sin cargar. Según investigadores del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) el grafeno es capaz de convertir la luz en electricidad de una manera mucho más eficiente que los materiales conductores convencionales. Una empresa española - Graphenea - recibirá una inversión de un millón de euros aportada de manera conjunta por Repsol y el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI). Y hasta Bill Gates ha decidido invertir 100.000 dólares para crear preservativos de grafeno.

La revista de ingeniería Spectrum calculaba en junio de 2013 que habría del orden de 100 compuestos con verdaderas posibilidades de conseguirse en dos dimensiones (2D) o monocapa

Y más aún, un nuevo material puede revolucionar la industria, y no es el grafeno. Se llama disulfuro de renio - ReS2 - y su descubrimiento como primer semiconductor que tiene las mismas propiedades electrónicas tanto en monocapa como en multicapas abre la puerta a aplicaciones electrónicas hasta ahora reservadas a los materiales de dos dimensiones y facilita el estudio de la física bidimensional usando cristales tridimensionales fáciles de obtener. 
(Referencia: Tongay, S at el (2014) Monolayer behaviour in bulk ReS2 due to electronic and vibrational decoupling, Nature Communications, 5 Article number: 3252) 

Quizás debido a la bioquímica orgánica que nos soporta y constriñe, seguimos pensando en el carbono como el único elemento apto para soportar las estructuras moleculares de la “vida”, es la llamada tesis del chauvinismo del carbono. Pero, ¿existe una bioquímica alternativa a la del carbono?

Reproduciendo directamente de wiquipedia: “Un elemento químico básico que ha sido propuesto para un sistema bioquímico alternativo es el átomo de silicio, puesto que el silicio tiene muchas propiedades químicas similares al carbono, tiene los mismos cuatro enlaces, y está en el mismo grupo del tabla periódica, el grupo 14. La ciencia ficción ya había sido pionera en la utilización parcial de compuestos de silicio en un ser vivo. Como se describe en la autopsia del primer vector del monstruo en Alien: el 8º pasajero, de Ridley Scott, su sangre, formada por "ácido molecular", podía circular por el interior de su cuerpo sin destruir los tejidos gracias a las estructuras polisiliconadas de sus conducciones. También el empleo de estas siliconas en el recubrimiento externo le permitía sobrevivir en una amplia variedad de ambientes... incluyendo el vacío espacial.” 

Muchas más preguntas se vienen a la cabeza respecto a algo tan elemental y cotidiano como los elementos que nos componen. 

¿Se preguntaran cosas similares en el SETI?


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El agua, el grafeno y la química orgánica alternativa por Jesús Almeda se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Basada en una obra en http://unsencilloespectador.blogspot.com.es/2014/04/el-agua-el-grafeno-y-la-quimica.html.

lunes, 15 de julio de 2013

Hormona Juvenil, Pittaluga y la Salud Global.


Hace tiempo que vengo intentando recuperar una vieja idea que investigué durante uno de los viejos cursos de doctorado que realicé en 1987. Un repaso sobre la oncocercosis o "ceguera de los ríos"  me llevó a toparme con una serie de artículos científicos, pocos, que trataban sobre el uso de la "hormona juvenil" en el control del crecimiento de las moscas negras -simúlidos- que transmiten el parásito de esta enfermedad.

Hembra de mosca negra alimentándose de sangre. 

(Foto de Oklahoma State University)

Me había propuesto, aunque tácitamente, no tratar directamente temas relacionados con mi profesión, por aquello de no aburrir al personal. Pero, aquel tema que me llamó la atención entonces, no ha tenido un desarrollo posterior para mí, ni fuera ni dentro de mi trabajo. Y quizás por ello, ahora la mera curiosidad me ha llevado a indagar en que habían quedado aquellas investigaciones.
Allá por1934, el entomólogo británico Sir Vincent Brian Wigglesworth  ”publicó el descubrimiento de una sustancia mediadora en el proceso de metamorfosis de los insectos, que él mismo denominó “hormona juvenil”. Una sustancia que bloquea la metamorfosis de una larva hasta que ésta adquiere su crecimiento completo y óptimo para pasar a la siguiente fase de desarrollo del insecto. En investigaciones llevadas a cabo en chinches hematófagos (Rhodnius prolixus), transmisor de la enfermedad de Chagas,”Wigglesworth fue capaz de distorsionar las fases de desarrollo del insecto mediante el control de los niveles de esta hormona.

Pero no se trata de una única sustancia si no de un grupo de sustancias de las que la hormona juvenil III es la más extendida entre los insectos, de la O a la II solo existen en los lepidópteros (mariposas) y la forma III bisepóxido, que es la más común en los dípteros (moscas, mosquitos y tábanos). Y hasta algunas especies de crustáceos tienen hormonas similares.

Sólo un análogo de la hormona juvenil, metopreno, está aprobado por la OMS para uso en cisternas de agua potable para el control de larvas de mosquitos. Pero esta sustancia, con dos días de actividad intensa y siete de vida media degradativa, puede perderse al control humano y acabar en los océanos, sospechándose que haya sido responsable de alteraciones en algunos cultivos de langostas, por lo que se requieren mas estudios y un uso prudente de la misma. Otras sustancias como el Pyriproxyfen se cuentan entre estos Reguladores del Crecimiento de los Insectos.

Son más de siete mil quinientos los artículos publicados y recogidos sobre la hormona juvenil en PUBMED hasta hoy, pero la mayoría sobre su aplicación en los cultivos de gusanos de seda o apicultura. Sólo dos publicaciones aparecen en relación con la oncocercosis, que motivo mi interés.

Según la publicación Hurbilago número 127 de abril 2009, editada por Medicus Mundi Alava, hace 70 años toda la península Ibérica era considerada zona de transmisión de la malaria, enfermedad relevante a nivel mundial transmitida por otros dípteros, los mosquitos (culícidos).

Gustavo Pittaluga se ocupó del problema de la malaria en el Levante español y elaboró, en 1903, el primer mapa de la distribución del paludismo en España. En 1905, fue nombrado jefe del Servicio de desinfección del Instituto de Higiene Alfonso XIII, dirigido en aquel entonces por Cajal.  Bajo su dirección de se organizó una comisión para el estudio de las comarcas palúdicas, en colaboración con la Sociedad de Naciones.

En 1920 se estableció, bajo la presidencia de Pittaluga,una Comisión para el Saneamiento de las Comarcas Palúdicas y se creó la Estación Experimental de Talayuela, dirigida por Sadí de Buen, convertida, en 1924, en el Instituto Antipalúdico de Navalmoral de la Mata.



La lucha antipalúdica en España se abordó siguiendo los modelos propugnados por la Sociedad de Naciones:
  • acceso generalizado al tratamiento antimalárico,
  • medidas biológicas,
  • de obra pública, y
  • acciones educativas.
Tras la Guerra Civil, España vivió un rebrote malárico en el conjunto del territorio. Después de la entrada de España en la Organización Mundial de la Salud se firmó, en noviembre de 1959, un convenio entre el gobierno español y la OMS para el establecimiento de un «Plan de Operaciones para la Erradicación del Paludismo de España». El plan consistía en un programa de vigilancia epidemiológica activa. Tras dos visitas de inspección, en 1965 se confirmó oficialmente la erradicación de la enfermedad en nuestro país.

Hoy en día, nuestro país continúa contribuyendo en la lucha contra la malaria a través de instituciones como el “Institute for Global Health (ISGlobal)” de Barcelona.



Pero, es curioso que cuando se habla de control del vector (el mosquito) en cuanto a la prevención de esta enfermedad, no se mencionen aún los análogos de la hormona juvenil u otros Reguladores del Crecimiento de los Insectos entre las estrategias posibles. Como por ejemplo en la tesis doctoral de Pedro Luis Alonso Fernández (1998) página 18, o de Balbina Fernández Astasio (2002), o en el ultimo Informe Mundial sobre Malaria 2012 de la OMS. Únicamente se admite el Pyriproxifeno como de posible uso entre los disponibles.

Los grandes logros en erradicación de enfermedades son, por el momento, el de la viruela y el de la peste bovina.
 El 8 de mayo de 1980, la XXXIII Asamblea de la OMS aceptó el "Informe final de la Comisión Global para la certificación de la erradicación de la viruela".

Y en mayo de 2011 la Organización Mundial de la Salud animal confirmó la erradicación de la peste bovina, después de más de 20 años de lucha para acabar con ella a través del Global Rinderpest Eradication Programme (GREP). Lo que no tuvo tanta repercusión en el público en general.
Los directores del Programa de 
Erradicación Mundial de la Viruela 
anuncian en 1980 el éxito de la campaña

Actualmente, los mayores esfuerzos de erradicación a nivel internacional se dirigen hacia la enfermedad de la poliomielitis (la polio), poniendo la meta en 2018, pese a los muchos problemas por resolver. Hasta incluso se empieza a hablar del “principio del final del Sida”. Como en las anteriores las esperanzas de erradicación de estas enfermedades se centran en sus vacunas. Pero, ¿habríamos de ampliar nuestros puntos de mira en esta situación de Salud Global?

(R) Jesús Almeda


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Hormona Juvenil, Pittaluga y la Salud Global. por Jesús Almeda Ortega se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.