Hace ya bastante tiempo, a comienzos de mi carrera profesional, me hallaba exponiendo los resultados de un trabajo de investigación en una sesión clínica de uno de los Departamentos del Hospital.
Creo recordar que, a causa de un comentario mío poco afortunado por demasiado coloquial, el Jefe de Servicio me interrumpió con un comentario que me sobresaltó:
- "Utilice expresiones adecuadas, está usted entre científicos."
Enseguida entendí a que se refería, y con razón, pues mi exposición dejaba que desear.
No obstante, también pensé que dicho comentario tampoco era muy afortunado. Es verdad que una exposición científica conviene que se ajuste a unas formas de expresión, que de manera rigurosa pero sencilla los presentes entiendan, pero el uso de una jerga propia no confiere el carácter científico.
Contrariamente a lo que se pueda pensar, creo que cualquiera de ellas es valida, y cada individuo puede tener mil razones para elegir una u otra, o varias, a lo largo de su vida.
Lo que no acabo de entender es porque, a partir de determinada época -en torno a Descartes- hasta hoy en día, a muchas de estas formas se las ha llamado "ciencias", como si ello diera un prestigio innecesario, a mi modo de ver.
Creo recordar que, a causa de un comentario mío poco afortunado por demasiado coloquial, el Jefe de Servicio me interrumpió con un comentario que me sobresaltó:
- "Utilice expresiones adecuadas, está usted entre científicos."
Enseguida entendí a que se refería, y con razón, pues mi exposición dejaba que desear.
No obstante, también pensé que dicho comentario tampoco era muy afortunado. Es verdad que una exposición científica conviene que se ajuste a unas formas de expresión, que de manera rigurosa pero sencilla los presentes entiendan, pero el uso de una jerga propia no confiere el carácter científico.
Científico no es más que el que utiliza el método científico para adquirir conocimiento, entendiendo por método científico básicamente el que se basa en la experimentación.
Pero hay muchas maneras de adquirir conocimiento, desde el empirismo, ensayo-error, a la meditación y vida contemplativa, pasando por la dialéctica, razonamiento deductivo y tantas otras. Hasta hay quien se plantea la adquisición de conocimiento -o a veces desconocimiento- como un continuo de retos personales, que se salda con la simple reacción fisiológica de liberación de adrenalina tan adictiva y valorada hoy en día ( jackhass, deportes de riesgo, brokers ..).Contrariamente a lo que se pueda pensar, creo que cualquiera de ellas es valida, y cada individuo puede tener mil razones para elegir una u otra, o varias, a lo largo de su vida.
Lo que no acabo de entender es porque, a partir de determinada época -en torno a Descartes- hasta hoy en día, a muchas de estas formas se las ha llamado "ciencias", como si ello diera un prestigio innecesario, a mi modo de ver.
Es cierto que al método científico positivista -el de los experimentos- se le ha recriminado que es muy limitado, y solo aplicable a escasas situaciones por su necesidad de control, pero contrariamente a las otras formas de adquisición de conocimientos, este no precisa de pasar procesos iniciático subjetivos y dependientes de un maestro o escuela. Como en el twitter, en la limitación del método está su ventaja, y una vez aprendes los métodos a usar en cada caso, y se aplican bien los resultados siempre han de ser los mismos.
Por ello y al contrario de lo que se suele pensar es el método más conveniente para adquirir conocimiento de aquellos que somos un poco limitados en nuestro coeficiente intelectual, si no queremos que nos engañen.
Y este es el punto donde quería llegar, pues no nos podemos dejar engañar por alguien que nos venda algo con la “etiqueta” de científico o utilizando su jerga. Precisamente eso va contra el espíritu científico. No podemos dejar que sea verdad, lo que afirma Franck Frommer con su concepto de 'Powerpointización', en “La Contra de La Vanguardia” del 3 de octubre de 2011. Pero me permito disentir en que la culpa de la manipulación de la información no es del “PowerPoint” -eso seria como matar al mensajero-, la culpa es del desconocimiento y comodidad de la mayoría del público, que se deja encandilar con cuatro datos y gráficos de colores, que hasta los políticos enseñan. Para no dejarnos engañar hemos de esforzarnos un poquito, y el método científico ayuda. Lo que no ayuda son los titulares de periódico, las consignas y el marketing para vender libros, aunque se escriban en contra del PowerPoint.
Y si nos dejamos encandilar o comer el coco por unas simples diapositivas de colorines, mal vamos, pues las próximas generaciones se enfrentaran con sistemas más atractivos de exponer y comunicar las cosas. Y si no por ejemplo veremos en cuan de poco tiempo es sustituido el PowerPpoint por PREZI, mucho más dinámico y vendible. O por el nuevo PowertPoint 2010.