Una de las experiencias vitales más impactantes e inolvidable que he tenido fue la de enfrentarme a los ojos de hambre de un niño de la calle en Beira (Mozambique). Fue en 1992, cuando el país estaba ya en negociaciones para acabar la guerra civil que lo había asolado. Un grupo de muchachos se acercaban a quien podían para intentar conseguir algo. El más pequeño, o a mi me lo pareció por su aspecto físico, con posiblemente unos once o doce años, clavó su mirada en mi con una desesperación imposible de olvidar, dejándome una de las peores sensaciones de impotencia y falta de reacción que recuerdo haber tenido.
No es que no me hubiera enfrentado antes a situaciones desgraciadas que envuelven a niños. En otro país de África, Santo Tomé, pudimos ver algunos casos de kwashiorkor con diferente grado de desnutrición, pero la mirada de hambre y socorro en un niño auténticamente sólo, fue nuevo para mi.
Esporádicamente, viene el recuerdo cuando aparece alguna noticia o reportaje relacionada con situaciones de hambre, y hace pocos días me preguntaba cuando se celebraba aquella campaña del llamado "Día Mundial contra el hambre".
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (por sus siglas en inglés FAO -Food and Agriculture Organization of the United Nations-) ha cambiado el nombre de lo que antes conocíamos como Día Mundial del Hambre (o contra el Hambre) por el Día Mundial de la Alimentación (world food day), que se celebrará el próximo 16 de octubre de 2012.
Para mí como para muchos otros el pasado 16 de octubre transcurrió inadvertido , aunque si se busca se encuentran ecos referidos a ese día del pasado año. Y la FAO lanza la próxima campaña con el lema “Las cooperativas agrícolas alimentan al mundo”.
Supongo que ello va mucho en a línea de los microcréditos como motor de desarrollo. El concepto en sí mismo nació como propuesta del catedrático de economía Mohamed Yunus, que comenzó su lucha contra la pobreza en 1974 durante la hambruna que padeció la población de su tierra natal, Bangladesh. Yunus, Premio Nobel de la Paz en el año 2006, descubrió que cada pequeño préstamo podía producir un cambio sustancial en las posibilidades de alguien sin otros recursos para sobrevivir. En 1976, Yunus fundó el Banco Grameen para hacer préstamos a los más necesitados en Bangladesh. Desde entonces, este Banco ha distribuido más de tres mil millones de dólares en préstamos a 2.4 millones de prestatarios. Casi el 95% de los préstamos se otorgan a mujeres.
En la misma línea actúa la conocida organización no gubernamental para el desarrollo Fundación Vicente Ferrer. Uno de sus proyectos consiste en la ayuda a 45000 mujeres indias con programas de microcréditos. Se trabaja para el desarrollo social y económico de la mujer a través de sanghams o grupos de mujeres, que gestionan independientemente pequeños programas económicos, reinvirtiendo luego hasta el 70% del capital obtenido.
Otra iniciativa, poco conocida, relacionada con el tema, es la creación del almacén de semillas más grande del mundo, creado para salvaguardar la biodiversidad de las especies de cultivos que sirven como alimento. Se conoce popularmente como "Bóveda del fin del mundo" (en inglés Doomsday Vault). La Bóveda Global de Semillas de Svalbard (en inglés Svalbard Global Seed Vault y en noruego Svalbard globale frøkvelv) está situada cerca de Longyearbyen en el archipiélago noruego de Svalbard. La denominación "vault" es una mala traducción del inglés. En arquitectura, "vault" significa "bóveda", pero en este contexto significa "cámara acorazada", "reserva" o, lo más apropiado en este caso, "banco".
Los principales financieros de la iniciativa son diversas fundaciones y países, como la Fundación Bill y Melinda Gates (más de 20.09 millones de dólares), el Reino Unido (19.46 millones), Australia (11.37 millones), etc. Finalmente han colaborado una amplia variedad de fuentes incluyendo países en vías de desarrollo como: Brasil, Colombia, Etiopía e India. Por su parte, Noruega se encargará de los costes de mantenimiento de la estructura.
Sin embargo y por el contrario, es chocante ver noticias como las que difunden organizaciones ecologistas como Amigos de la Tierra, revelando las violaciones de derechos humanos y la destrucción ambiental, donde comunidades locales se han visto forzadas a abandonar no solo su forma de vida, sino su sustento, el suministro de alimentos o el acceso al agua potable, debido al acaparamiento de tierras permitido y apoyado por el Banco Mundial, para el monocultivo y monopolio de aceite de palma como fuente bioenergética o agrocombustible.
Y más en contra de las líneas de la FAO, parece estar el gigante Monsanto, una de las mayores, si no la mayor empresa proveedora de productos para la agricultura. Es conocida por producir el glifosato, un popular herbicida, bajo la marca Roundup. También es productor de semillas genéticamente modificadas.
A lo largo de su historia, Monsanto ha ido evolucionando en sus negocios. En sus inicios, en 1901 distribuían sacarina, para 1938 tenían negocios químicos como plásticos y resinas, en 1976 incursionaron en el negocio de los herbicidas y en 1981 se sumaron a la carrera biotecnológica. En el año 2000 contribuyó a descifrar el código genético del arroz, y anunció que la información obtenida en la investigación sería compartida con la comunidad científica mundial.
En la década de los 60 Dow Chemical, Uniroyal, Hercules, Diamond Shamrock, Thompson chemical, TH y Monsanto fueron contratadas por el gobierno de Estados Unidos para producir un herbicida llamado agente naranja utilizado en la guerra de Vietnam con el fin de destruir la selva vietnamita y las cosechas privando a los vietnamitas de alimento y de vegetación donde esconderse. Monsanto fue también productor de la hormona sintética somatotropina bovina.
En 1935 Monsanto absorbió a la empresa que comercializaba policloruro de bifenilo (PCB) desde 1927, Swann Chemical Company (inicialmente Anniston Ordnance Company). Según el programa de las Naciones Unidas, es uno de los doce contaminantes más nocivos fabricados por el ser humano.
En el año 2007 Monsanto fue multado por anunciar que su herbicida Roundup era biodegradable y no tóxico para los animales domésticos y los niños, y la Unión Europea ha clasificado al herbicida de Monsanto como no biodegradable.
En Europa, los alimentos transgénicos, principal actividad actual de Monsanto, encuentran gran resistencia entre la población y los agricultores, que no consideran probada su seguridad para la salud humana. El cultivo de dichos alimentos transgénicos es prácticamente inexistente en el territorio de la Unión Europea con la única excepción de España y Rumania.
Y en llegando a este punto, no es de extrañar que haya quien asegura que Monsanto, Bill Gates y Rockefeller detrás de la “Bóveda de Semillas del Fin del Mundo”.
Así pues, no se si hablamos de una lucha contra el hambre o una lucha de intereses, una lucha por semillas que habrían de dar otros frutos.
No se si el próximo día 8 de junio saldré a la calle con una prenda del revés, pero toda iniciativa como la que une a tantas ONGs como la campaña Somos así, y pese al marketing de caras conocidas, puede ser una semilla más que de fruto...
...Yo por mi parte aquí dejo la mía.
.26 septiembre 2015
La Bóveda del Fin del Mundo se abre:
El Hambre y la Bóveda del Fin del Mundo: Somos Así. por Jesús Almeda Ortega se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.