lunes, 26 de septiembre de 2011

Realmente… ¿Yo soy yo y mis circunstancias?

Durante mi estancia en la London School of Hygiene and Tropical Medicine  tuve oportunidad de asistir a debates interesantísimos entre epidemiólogos de diferentes tendencias, y recuerdo que uno de mis profesores, Andy Hall, al contrario que la mayoría defendía que todas las enfermedades, incluidas las temibles neoplasias, eran infecciosas, y que únicamente faltaba por descubrir el germen patógeno responsable de cada una de ellas.
Aunque parezca una posición dogmática y difícil de aceptar, mi estancia allí coincidió con el auge y establecimiento de la epidemia de la enfermedad de las vacas locas, o de Creutzfeldt-Jakob en el Reino Unido, con lo que el mayor conocimiento sobre los priones daba alas aún más al debate. De hecho mi tutor durante el Máster, Simon Cousens estuvo  y creo que está involucrado en la vigilancia epidemiológica de esta enfermedad en aquel país.
Todo ello me ha vuelto a la memoria a raíz de la lectura de una noticia en Diario Médico, del día 6 de setiembre pasado,  donde a raíz de la publicación de un artículo en Proceedings of the National Academy of Sciences, se afirma que 'Helicobacter pylori' altera el ADN de las células para causar el cáncer. Una bacteria que hace años se consideraba saprofita o inocua, después se ha relacionado con la úlcera gástrica, destruyéndola con antibióticos, y ahora puede ser causa de cáncer gástrico.
Ello me hace reflexionar sobre que no somos conscientes de lo mal que tratamos a los millones de seres que viven en nuestra superficie y nuestro interior.
Todo el mundo ha oído decir aquello de "Yo soy yo y mis circunstancias", pero creo que se puede ir más allá y podemos decir "Yo no soy un individuo si no un completo ecosistema".
¿Será la Medicina una rama del estudio de la Ecología en el futuro?
De todo el mundo son conocidas las iniciativas ecologistas en defensa de la naturaleza, loables y merecedoras de apoyo como las de Ecologistas en acción, y su grupo en Priego, mi pueblo.
Pero me gustarían llamar la atención de todos, y decir que todos nos hemos de cuidar un poco más, que "la ecología bien entendida empieza por uno mismo".

domingo, 11 de septiembre de 2011

El Barco y Una Isla de Estabilidad.

Durante este periodo vacacional, he tenido oportunidad de dedicar buena parte del tiempo a la gratificante actividad de la lectura. Aunque no es el mejor criterio busque un libro entre las estanterías de best-sellers por el título y la sinopsis de la contraportada. Así cayó en mis manos "Más allá del hielo" de Douglas Preston y Lincoln Child.
A parte del tema curioso que trata -buscadores de meteoritos-, y final más o menos original, es de aquellos de los que engancha con su lectura. Pero lo que más me ha llamado la atención, y por ello me ha gustado leerlo, es la idea o concepto que expresa en su página 130, y que yo desconocía: la existencia de una "isla de estabilidad" en la tabla periódica de elementos químicos, más  allá del Uranio.
Transcribo directamente del libro:  - "Durante muchos años, los científicos han buscado elementos cada vez más pesados en la zona más alta de la tabla periódica. La mayoría de los que han encontrado tienen la vida muy corta: sólo duran un milmillonésimo de segundo, y luego se convierten en algún otro elemento; pero existe la teoría de que muy, muy arriba de la tabla periódica podría haber un grupo de elementos que si fueran estables, que no se descompusieran. Una isla de estabilidad. Nadie sabe qué clase de propiedades tendrían, pero serian extrañísimos y muy, muy pesados."



Tabla periódica de elementos tridimensional (Isla de estabilidad)






Intrigado por si estas afirmaciones eran ciertas o no, he consultado con San Google, y efectivamente es un término de física nuclear que describe la posibilidad de elementos con «números mágicos» particularmente estables de protones y neutrones.
Ello se basa en el modelo de capas del núcleo, cuya hipótesis es que el núcleo atómico está construido en «capas» de una forma similar a las capas de electrones en los átomos. Siendo que cuando el número de neutrones y protones llenan completamente los niveles energéticos de una determinada capa del núcleo, la energía de enlace nuclear alcanza un nivel mínimo suficiente y esta configuración será estable y tendrá una vida más longeva que los isótopos de esos compuestos  que no han completado sus capas.
Durante la última década, investigadores del Instituto de Investigación Nuclear de Dubna (Rusia) han trabajado en la creación de elementos químicos con número atómico 113, 114, 115, 116 y 118. Pero más recientemente han conseguido el elemento 117. “Para lograrlo, colisionaron en el ciclotrón de su laboratorio, calcio 48, un isótopo con 20 protones y 28 neutrones, y berkelio 249, un elemento que tiene 97 protones y 152 neutrones. La colisión permitió crear dos isótopos de un elemento con 117 protones, uno de ellos con 176 neutrones y el otro con 177.” Contrariamente a los elementos anteriores, radiactivos y de vida corta, el isótopo más pesado del elemento 117 descubierto muestra una vida media de 78 milisegundos. Y este descubrimiento en Dubna sustenta la probable existencia de esa Isla de estabilidad, y abre muy buenas perspectivas para la síntesis de nuevos materiales que quien sabe para lo que puedan servir.

En el proyecto participaron los laboratorios nacionales de Lawrence Livermore y de Oak Ridge sumado a las universidades de Vanderbilt y de Nevada (Estados Unidos) y los Institutos de Investigación para Reactores Atómicos de Dimitrovgrado, además del de Investigación Nuclear de Dubna (Rusia). –Fuente: “La hora del sapo”.

Transcribo también de otro blog –Migui– que habla de estas noticias: - “Algunos teóricos especulan con que la isla de estabilidad podría rondar el número atómico 164, lo cual es muy lejos aún, comparado con el número 120 que es donde se trabaja en la actualidad. Alcanzar las orillas de la isla requerirá un conocimiento mucho más profundo de los procesos de formación de los elementos y nuevos y más grandes aceleradores de partículas.

Es difícil saber qué uso práctico podría tener la búsqueda de elementos super pesados. Por ahora, se centran en el descubrimiento, no en la aplicación inmediata. Pese a todo, algunos elementos sintetizados previamente han tenido un beneficio social enorme. Por ejemplo, el Americio (de número atómico 95), sintetizado en 1944 es utilizado en detectores de humo y en radiografía médica e industrial.”

Cuando yo estudié Física y Química por última vez -1975- iban por el Laurencio y el Rutherfordio (Lr103, Rf104) y es agradable ver lo que se ha avanzado en tan poco tiempo.  Hoy, supongo que el más moderno Gran Colisionador de Hadrones del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) cerca de Ginebra, en la frontera franco-suiza, servirá para algo más que dar argumento al inicio a una serie de televisión de relativo éxito como “El Barco”, con las sospechas catastrofistas de crear agujeros negros.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Diamantes en el cielo… continuación.

Después de mi anterior entrada “Diamantes en el cielo” , y sin que sirva de precedente, no he podido sustraerme a añadir una continuación, al ver una reciente noticia difundida el pasado 25 de agosto en ABC sobre el descubrimiento de la asociación de un púlsar, estrella de neutrones que gira a gran velocidad, y un planeta súper-denso que es  el remanente de una estrella masiva. Según los investigadores que lo han estudiado, este planeta remanente ha de estar compuesto fundamentalmente de carbono y oxígeno y su densidad es tan alta que su estructura es cristalina, por lo que ha de ser similar a un diamante, cinco veces el tamaño de la Tierra pero tan denso como Júpiter.
Los estudios han sido publicados en la revista Science y aquí os dejo la referencia bibliográfica:
M. Bailes, S. D. Bates, V. Bhalerao, N. D. R. Bhat, M. Burgay, S. Burke-Spolaor, N. D’Amico, S. Johnston, M. J. Keith, M. Kramer, S. R. Kulkarni, L. Levin, A. G. Lyne, S. Milia, A. Possenti, L. Spitler, B. Stappers, and W. van Straten. Transformation of a Star into a Planet in a Millisecond Pulsar Binary. Science DOI: 10.1126/science.1208890. Published Online August 25 2011

Aquí tenéis, también, el video explicativo que acompaña a la noticia:
Así pues, me alegra ver que lo que me llamó la atención hace un tiempo sigue siendo actualidad.